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ENTRE LÍNEAS

Humildes príncipes, nobles campeones

Humildes príncipes, nobles campeones<p>

El título de Campeones del Mundo, el Premio Príncipe de Asturias del Deporte, elogios por doquier de plumas y autoridades nacionales e internacionales, efusivos y eufóricos abrazos, sonrisas de oreja a oreja, saltos de alegría... Son los galardones materiales unos, inmateriales otros, otorgados estos días a la selección española de baloncesto. Sin duda, merecidos. El objetivo de este breve y sincero aplauso impreso que emprendo con estas líneas no es aportar nada nuevo a lo ya escrito sobre nuestros héroes, sino plasmar mi particular visión del por qué de este triunfo, dejando a un lado tácticas y estrategias, ya perfectamente esbozadas por expertos reales en la materia, y buscando una explicación más humana y próxima. El secreto de este equipo tiene su origen en la unidad, en constituirse en pandilla de amigos antes que en equipo, en bromear antes que competir, en ayudar antes que sobresalir, en observarse a sí mismos como personas y no como estrellas. Esta amistad fraguada en el vestuario tiene su reflejo en la cancha, donde nadie es más que nadie, donde todos, sin excepciones, sudan la camiseta sin tener en cuenta el nombre que portan  en la espalda, el equipo del que proceden o el número de ceros que adorna su cuenta bancaria. Es obvio que no carecen de una gran calidad técnica y una perfecta formación física, pero es esta humildad lo que les hace enormes. Cuando un guiño se transforma en tiro libre, cuando una sonrisa se convierte en dos puntos, cuando un abrazo equivale a un triple... es porque, sencillamente, nos encontramos ante un conjunto de humildes príncipes, de nobles campeones.

2 comentarios

Nacho -

¡Cuánta razón tienes Juli! Campeones del mundo y ganadores del Príncipe de Asturias con todo merecimiento porque esta selección no sólo tiene talento, también tiene humildad, espíritu de lucha, solidaridad entre sus componentes... Todos estos valores los ha adoptado el combinado, en mi opinión, gracias a la cercana forma de ser de su gran estrella, Pau Gasol, y a la discreción y al espléndido trabajo del entrenador, Pepu Hernández (principal artífice del éxito).

No les vendría mal a los de fútbol tomar buena nota de ellos...

Diego -

¡Campeones del mundo! Se dice rápido, pero es un largo camino. Un camino en el que como bien dices hay que convivir, y es ahí donde se fraguan las grandes gestas, en la unión del equipo. Supongo que en cierto modo es similiar a lo que ocurrio en Italia este mundial, el equipo estaba unido e iba en bloque a por un objetivo (en el caso de Italia demostrar que el Calcio solo esta corrupto en los estamentos administrativos, y en el caso de la selección de basket española, jugar al baloncesto, disfrutar y ganar). Mentalidades así hacen a un equipo campeón.