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ENTRE LÍNEAS

Alonsobrao

Alonsobrao<p>

Entre los sueños del ser humano siempre ha estado el de dominar el tiempo y el espacio.  Este sueño está al alcance de muy pocas manos. Entre ellas, las de un chaval de 25 años, que por segundo año consecutivo se proclama campeón del mundo de Fórmula 1. Nadie, a su edad, había logrado tal hazaña, ni siquiera el ya mítico Fittipaldi. Es evidente que esta conquista es fruto de un constante trabajo y de duros entrenamientos. No obstante, el piloto español tiene un don innato: su vertiginosa tranquilidad. Precisión milimétrica a las manos de un volante que dirige una máquina desbocada, capacidad para mantener la mente imperturbable y las ideas nítidas sobrevolando el asfalto a trescientos quilómetros por hora, corazón sereno e inmutable ante la atenta mirada de millones de ojos expectantes, que luchan por no perder la estela del cometa asturiano. Piloto, monoplaza y circuito no son entes distintos. Constituyen un todo, un perfecto engranaje en el que los leves y ágiles movimientos de las pupilas de Alonso dibujan las curvas y no a la inversa, en el que sus pensamientos se adelantan a la velocidad del sonido producido por el motor del coche. El color de su fachada externa experimentará variaciones la próxima temporada, pero el cromatismo de su interior, en forma de banderola de cuadros agitándose, símbolo de la victoria inminente, permanecerá por mucho tiempo.

1 comentario

Diego -

Enhorabuena Fernando!! y enhorabuena Juli por este Post. Un pequeño homenaje a un hombre que hará historia en uno de los deportes más exigentes y uno de los que más dinero manejan. Bravo por Fernando, eres muy grande.